El político y diplomático venezolano que participó en las primarias de 2012 dijo en entrevista con PanAm Post que «las sociedades se activan cuando hay un liderazgo creíble, confiable, que estimula y anima a los ciudadanos» y, aunque no cree en procesos electorales organizados por el chavismo y considera que «unas primarias no se hacen bajo una narcotiranía», destaca que María Corina Machado «es la única candidata de la resistencia»

La gobernabilidad y estabilidad democrática de Venezuela tras el derrocamiento de la última dictadura del siglo XX no se logró mediante unas primarias entre los partidos políticos que se enfrentaron a Marcos Pérez Jiménez. Fue mediante el llamado Pacto de Puntofijo –firmado en la residencia del expresidente Rafael Caldera– que se consiguió un acuerdo de alternabilidad del poder previo a las elecciones de diciembre de 1958 que permitió sentar las bases del sistema democrático representativo. Es por ello que hoy, 65 años después, la convocatoria a unas primarias para escoger al candidato que enfrentará en los próximos comicios presidenciales a Nicolás Maduro no convence a todos.

Bajo este argumento, Diego Arria sostiene en entrevista con PanAm Post que en Venezuela no debería haber primarias. «Yo no creo en los procesos electorales manejados por el chavismo. Creo que se corre el enorme riesgo de que al ser manejados [por el chavismo] y no obtener nosotros los resultados obviamente esperados, se preste para legitimar de alguna manera al régimen». Para el político y diplomático venezolano que fue gobernador de Caracas, presidente del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y participó en la interna opositora para las presidenciales de 2012, un país como Venezuela no requiere una primarias.

María Corina Machado, la única en resistencia contra el régimen

«No deberíamos tener primarias (…) unas primarias no se hacen bajo una narcotiranía como la que tenemos en Venezuela».  Arria considera que este mecanismo solo conseguirá estimular aún más la división que ya existe entre los distintos sectores que dicen ser de oposición. «Venezuela requeriría que los que hacen resistencia se pongan de acuerdo».

Pero ahí está el detalle. ¿Quiénes hacen resistencia en Venezuela? «La única candidata de la resistencia sería María Corina. Y yo creo que si siguen viendo que va creciendo buscarán la forma de detenerla de una u otra manera. Yo creo que si alguien está arriesgando su vida en este proceso es ella, porque ella está allí, haciendo frente, y no tiene los recursos para defenderse como tienen los demás».

Prisioneros por acomodo o por intereses

A pesar de que no cree en comicios organizados bajo la dictadura chavista y advierte que «si el régimen considera que esto [presidenciales] es peligroso para ellos, no van a soltar el poder por un proceso de elecciones de ninguna naturaleza», Diego Arria rescata el hecho de que «las sociedades se activan cuando hay un liderazgo creíble, confiable, que los estimula y que los anima».

Comparando el escenario que se avecina con una posible persecución judicial como la emprendida en Nicaragua por Daniel Ortega en 2021 para garantizar su reelección sin rivales en las urnas, señala que a Maduro le será «mucho más sencillo» neutralizar al resto de los candidatos, ya que «en Venezuela no habrá que encarcelarlos». Arria asevera que «hay muchos que son prisioneros del régimen, por uno u otro motivo, por acomodo, por intereses».

El único peligro para Nicolás Maduro

Con sobradas razones cree que «el régimen escogerá cuál es el más útil» para sus intereses entre Henrique Capriles, el Conde del Guacharo (Benjamín Rausseo) y Manuel Rosales, por ejemplo. Y solo una persona puede realmente hacer tambalear a la dictadura.

«En Venezuela estos [candidatos] no representan un peligro ninguno en cuanto a la estabilidad del régimen o que hagan temblar al régimen. La única persona, hoy, que sí es un peligro para el régimen es una María Corina victoriosa en el país. Eso sí es un problema para el régimen».

De chavistas light a chavistas heavy

Sobre la llamada oposición que Diego Arria considera son solo «posiciones», recuerda que históricamente ha jugado un rol de complicidad. «Primero hubo cohabitación, después hubo acomodo, y yo diría que en gran parte hoy hay entrega o resignación».

Y sobre estos dirigentes políticos que han fracasado en el pasado y hoy insisten en asumir el liderazgo de los sectores antichavistas resalta que por años los ha calificado como «chavistas light«. Pero hoy hace una acotación: «Eso lo decía hace 10 años. Ya no son light. Ya son medium o heavy«.

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