Una bolsa del CLAP mensual no alcanza para cubrir las necesidades básicas de alimentación de la familia de cuatro miembros de Danyoly González, madre soltera de tres menores de siete, cinco y un año a quienes mantiene gracias a la ayuda que recibe de su mamá.

“A veces cuando puedo compro queso y mantequilla, porque con lo del CLAP a duras penas me llega a 22 días” confiesa la joven madre.  

La casa de bahareque de esta madre, que indicó que luego que perdió a su esposo hace menos de dos meses en un supuesto enfrentamiento, se le ha hecho más cuesta arriba mantener a sus hijos. Y es que, al estar desempleada solo cuenta con la ayuda de su madre y familiares de su hijo menor quienes solo y únicamente le proporcionan alimentos para los pequeños.

Ubicada su vivienda en el sector El Baño de Motatán, sus menores hijos llevan más de 2 años sin comer carne roja. Mientras que, el más pequeño nunca se ha comido una sopita de pollo tan siquiera. La  alimentación de estos cuatro trujillanos se basa exclusivamente en los productos que trae la bolsa CLAP, que rinden para menos días de cada mes.

Danyoly González afirma que a pesar de sus necesidades alimenticias, los controles médicos le preocupan ya que no poseen las vacunas, en plena conversación, su hija aunque sonríe, se le nota la falta de una alimentación basada en proteínas, cuyas características físicas la definen como una niña con kwashiorkor, una enfermedad nutricional que da por la carencia total de proteínas en el cuerpo por un prolongado período de tiempo.

La familia de Danyoly vive en carne propia esta tragedia del hambre. Mientras que, «De desayuno comemos arepa sin nada. De vez en cuando que podemos echarle mantequilla. Para el almuerzo comemos arroz preparado con aliños, y cuando la familia ayuda lo acompañamos con caraotas o lentejas. De cena volvemos a comer arepa sola», relató la madre soltera.

Según una publicación nacional, los pediatras sostienen que las proteínas son la gasolina del cuerpo humano. «Cuando un muchachito se va acostumbrando a no comer carnes, lácteos, huevos, va perdiendo peso, aportes calóricos, deja de ganar talla, es decir, si tiene 12 años parece de 9, eso tiene una consecuencia fatal para su organismo porque disminuye su sistema inmunitario. Los niños desnutridos crónicos llegan a una pubertad tardía y lo que vamos a tener en un futuro son adultos más pequeños, sin capacidad de raciocinio y dificultades de aprendizaje» concluyen.

Especial/ Foto: Richard Montilla

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