Las fuerzas ucranianas recuperaron este lunes una amplia franja de territorio que se encontraba bajo control de Rusia, llegando hasta la frontera noreste del país en algunos lugares, y aseguró haber capturado a muchos soldados rusos como parte de un avance relámpago que obligó a Moscú a ordenar una veloz retirada.

Un portavoz de los servicios de inteligencia militar de Ucrania dijo que había soldados rusos rindiéndose en masa al “entender su desalentadora situación”. Un asesor de la presidencia ucraniana dijo que habían tomado tantos prisioneros de guerra que ya casi no tenían espacio disponible para darles cabida.

Mientras banderas ucranianas ondeaban sobre los territorios recién recuperados, las fuerzas armadas de Ucrania señalaron que sus soldados habían liberado más de 20 asentamientos en cuestión de 24 horas. En los últimos días, el ejército de Kyiv ha recuperado un territorio que es al menos dos veces el tamaño de la zona metropolitana de Londres, según el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña.

Después de meses de poco movimiento perceptible en el campo de batalla, estos avances han levantado el ánimo de Ucrania y han provocado una inusual crítica pública a la guerra del presidente ruso Vladimir Putin.

“En algunos lugares del frente, nuestros defensores llegaron a la frontera estatal con la Federación Rusa”, indicó el gobernador de Járkiv, Oleh Syniehubov. El fin de semana, el Ministerio de Defensa de Rusia informó que sus elementos se retirarían de dos zonas de la región para reagruparse en Donetsk, en el este de Ucrania.

Hubo reportes de escenas caóticas mientras los soldados rusos se retiraban de manera súbita.

“Los rusos estaban aquí por la mañana. Luego, al mediodía, simplemente comenzaron a gritar y a correr, saliendo en tanques y vehículos blindados”, dijo Dmytro Hrushchenko, un residente de Zaliznychne, un pequeño pueblo recién liberado cerca de la línea de combate oriental, en declaraciones a Sky News.

Un video tomado por las fuerzas ucranianas mostraba a soldados izando una bandera ucraniana encima de edificios dañados por los combates. En una de las escenas, un combatiente limpió sus botas con una bandera rusa que estaba en el suelo. En otros videos se ve a ucranianos inspeccionando vehículos militares rusos destruidos, incluyendo algunos tanques.

Los equipos ucranianos desactivaban minas terrestres y otros dispositivos no detonados en las zonas recuperadas, mientras buscan fuerzas rusas restantes, informaron las autoridades.

De momento se desconoce si la ofensiva ucraniana podría indicar un punto de inflexión en la guerra. No es la primera vez que la marea cambia de dirección en el conflicto, pero rara vez había sido tan grande y repentino.

Oleksiy Arestovich, asesor de la presidencia ucraniana, no especificó el número de prisioneros rusos, pero dijo que serían intercambiados por soldados ucranianos retenidos por Moscú. El portavoz de inteligencia militar, Andrey Yusov, dijo que entre los elementos capturados había una cifra “significativa” de oficiales rusos.

El viceministro del Interior de Ucrania acusó a las fuerzas rusas en retirada de quemar documentos oficiales y ocultar cuerpos en su intento de encubrir violaciones a los derechos humanos en las zonas que estaban bajo su control hasta la semana pasada.

El ambiente de celebración se sintió en todo el país.

En Járkiv, la segunda ciudad más grande del país y capital de la región en la que se han registrado los avances ucranianos, las autoridades indicaron que el servicio de electricidad y agua se había restaurado para cerca del 80% de la población luego de los ataques rusos a la infraestructura que dejaron sin luz muchas partes de Ucrania.

“¡Ustedes son héroes!”, escribió en Telegram el alcalde de Járkiv, Ihor Terekhov, refiriéndose a las cuadrillas que restauraron los servicios públicos en la ciudad. “Gracias a todos lo que hicieron todo esto posible en esta complicada noche para Járkiv a fin de normalizar la vida de la ciudad lo más pronto posible”.

El ambiente de celebración también quedó reflejado en las redes sociales del presidente Volodymyr Zelenskyy la noche del domingo.

“¿Aún creen que nos pueden intimidar, doblegar y obligar a hacer concesiones?”, preguntó Zelenskyy. “El frío, el hambre, la oscuridad y la sed no son tan aterradores ni mortales para nosotros como su ‘amistad’ y ‘hermandad’».

Al final, exclamó: “¡Estaremos con gas, luz, agua y comida… y sin ustedes!”

Mientras tanto, en Rusia hubo algunas muestras de desconcierto. Blogueros militares y comentaristas patrióticos rusos arremetieron contra el Kremlin por no movilizar más fuerzas y tomar acciones más contundentes contra Ucrania.

Rusia se ha abstenido continuamente de calificar su invasión como una guerra, describiéndola en cambio como una “operación militar especial” y confiando en un contingente limitado de voluntarios en lugar de una movilización masiva que podría estimular el descontento y las protestas de la población.

Ramzan Kadyrov, el gobernante de la región rusa de Chechenia respaldado por Moscú, criticó públicamente al Ministerio de Defensa ruso por lo que llamó “errores” que hicieron posible el rápido avance ucraniano.

Y lo que es más notable, esas críticas se ventilaron en la televisión rusa controlada por el Estado.

“Las personas que convencieron al presidente Putin de que esta operación sería rápida y efectiva… esas personas nos engañaron a todos”, afirmó Boris Nadezhdin, un exlegislador, en declaraciones a un programa de entrevistas de la televisora NTV. “Ahora estamos en un punto en el que tenemos que entender que es absolutamente imposible vencer a Ucrania con estos recursos y métodos de guerra colonial”.

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