El fenómeno María Corina Machado tiene de cabeza al régimen, cómplices y aliados internacionales del chavismo, no se explican cómo una figura política sin cargo de poder, con una organización excluida, cuyos militantes/simpatizantes son quienes la mantienen en lugar de recibir estipendios de ella, una figura censurada en los medios de comunicación nacionales, “inhabilitada”, calumniada y saboteada, mantiene no solo la preferencia en intención de voto, sino in crescendo.

La primera explicación parte de la lógica, María Corina es lo que menos se parece al chavismo, es la antítesis, todo lo opuesto. Ella apuesta a la libertad, a la democracia, al trabajo. El chavismo es opresión, confiscación de nuestras libertades y derechos, amo de un entramado social que esclaviza a los venezolanos a través de sus necesidades básicas. Por eso ella encabeza la simpatía de los venezolanos y del mundo democrático internacional.

Una segunda explicación es que, de igual forma, ella se diferencia radicalmente de la oposición tradicional y de la “nueva”, como los alacranes e hierbas similares. Cuando fue electa diputada en 2010 (la más votada a nivel nacional) lo hizo como independiente, no formó parte de la MUD, ni del G4+, la PUD y ha sido fuerte crítica de sus decisiones, las que el tiempo le dio la razón, aunque esta frase repugne a muchos. Los habitantes de este desnaturalizado país ven ella una opción real, en los demás solo un triste “más de lo mismo”, mercenarios del voto.

La tercera explicación, probablemente la más importante, es que Machado es radical, confronta al régimen, lo reta, lo denuncia, a diferencia de la falsa oposición que no hace más que seguir amaestradamente la agenda del castrismo venezolano, claro, tras sus recompensas. El fenómeno María Corina tiene su arraigo en la sintonía directa con lo que el venezolano espera, una nueva conducción que salve al país, sabe que, lamentablemente, el chavismo no da más opción que la confrontación, eso sí, Machado asegura una confrontación real e inteligente, pues la política no es solo voto o plomo, tiene un abanico infinito de opciones, solo que se requiere realismo, gente capaz, decidida, con objetivos claros. Es por su radicalismo que los venezolanos tienen sus esperanzas ancladas en María Corina.

Una cuarta explicación nos conduce, justamente, al camino de la esperanza, María Corina es percibida como la única esperanza. Tan es así que, a pesar no ha develado sus estrategias, la incertidumbre desprendida de esa realidad genera en los venezolanos muchísima más confianza/certeza que la vetusta y fracasada fórmula que una vez más propone la falsa oposición: Elecciones en condiciones absurdas, sin ningún tipo de garantías, con candidatos “ungidos” por el régimen, con instituciones públicas 100% psuvizadas. Los habitantes de este país se cansaron de ser tontos útiles en los simulacros electoreros que, dicho sea de paso, son el combustible de nuestra destrucción.

En quinto lugar, María Corina es también la única figura política que pudiera darle legitimidad a cualquier proceso electoral, llámese primarias o presidenciales, sin embargo, es la única que tendrá prohibido participar en cualquier evento que permita cuantificar su liderazgo, el statu quo se lo negará por todas las vías. Ello la convierte en la gasolina política del momento porque, a diferencia de otros personeros políticos, se niega aceptar las arbitrariedades de la desinstitucionalización roja, del oscurantismo que ha cubierto al país desde 1999. En líneas generales, María Corina Machado es el epicentro político de Venezuela y los venezolanos la ven como la posibilidad más certera de devolverle a la política la facultad de premio, castigo y cambio. @leandrotango

Por: Leandro Rodríguez Linárez

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