La fiscalia de Alemania ha asumido este domingo la investigación del ataque con cuchillo que dejó tres muertos el viernes pasado en Solingen, en el oeste del país, y que fue reivindicado ayer por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Una portavoz de la fiscalía confirmó esta información y explicó que el presunto atacante, que se entregó a la policía en la noche del sábado, está siendo investigado por «asesinato, intento de asesinato y sospecha de integración en organización terrorista extranjera, entre otros».
Está previsto que a lo largo de la jornada de hoy el detenido sea trasladado a Karlsruhe (sur), donde tiene su sede el Tribunal Federal para comparecer ante el juez de instrucción.
Un varón de 26 años se entregó la noche pasada a las autoridades y fue detenido tras identificarse como el responsable del ataque, que se produjo durante un concierto en una plaza del centro de Solingen, informó de madrugada la policía de la región de Renania del Norte – Westfalia.
El ministro del Interior de ese «Land», Herbert Reul, indicó por su parte de que con esta detención se había aprehendido «al sospechoso real», después de que se hubiesen realizado a lo largo del día otros dos arrestos en relación con el caso, uno de ellos en un centro de refugiados.
De acuerdo con Reul, el presunto atacante también estaba vinculado con ese centro de refugiados en Solingen y las sospechas contra él son «más que una suposición» ya que se han hallado también «pruebas» que le implican.
De acuerdo con fuentes de la policía citadas por los principales medios alemanes, el sospechoso en un ciudadano sirio de 26 años que abordó a un coche patrulla con las ropas manchadas de sangre y dijo a los agentes: «yo soy el que buscáis».
Según estas informaciones inoficiales, el presunto atacante llegó a Alemania en 2022 y hubiera debido ser deportado a Bulgaria en 2023, por ser éste el país de ingreso en la Unión Europea (UE) y con ello responsable de su solicitud de asilo.
Sin embargo, el sospechoso se sustrajo a las autoridades el tiempo suficiente para que la orden de deportación expirase y después obtuvo un permiso de residencia temporal como beneficiario de protección subsidiaria, al proceder de un país en guerra al que no era posible devolverle.
El presunto atacante, al que hasta ahora no se le conocían tendencias islamistas, acuchilló el viernes de forma aleatoria a varias personas -de las que tres murieron en el acto y cuatro están críticas- y después se dio a la fuga en medio del caos.
El sábado por la tarde, el EI aseveró en un comunicado que el autor del atentado era uno de sus «soldados» y que atacó a «grupos de cristianos» para vengar «a los musulmanes en Palestina y de todas partes».
Las autoridades alemanes están estudiando la veracidad del comunicado, pero parten de la hipótesis de que el ataque fue de índole terrorista, por no haberse hallado hasta el momento ningún indicio que apunte a otra posible motivación.