Las opciones de ‘Champions’ del Villarreal crecen gracias al segundo triunfo de su historia en el Santiago Bernabéu, con una exhibición para el recuerdo de Samu Chukwueze, con descaro, determinación y la pegada que le faltó a Vinícius, para lanzar un aviso al Real Madrid a puertas de su duelo europeo con el Chelsea.

A estas alturas, a doce puntos de distancia del Barcelona, ni el más optimista del Bernabéu acudía a los partidos pensando que aún había Liga. Para los más escépticos, el recital de Chukwueze adelantará alguna fecha el alirón culé. El foco del Real Madrid está en sumar la Copa del Rey a los dos títulos ya logrados y dar todo lo que tiene por una nueva gesta en la Liga de Campeones, su competición fetiche.

Un encuentro valle, ubicado entre fechas que marcan una temporada como el clásico de semifinal de Copa y el regreso de la ‘Champions’, asegura riesgo. Más aún si el equipo que está enfrente es de la enjundia del Villarreal. Y lo encaró Carlo Ancelotti con la versión más vertical del Real Madrid, la apuesta por transiciones a alta velocidad ante un rival que quería el balón y demostró personalidad a contracorriente.

El impulso de la goleada para la historia del Camp Nou, provocó una salida madridista exuberante de confianza. Sin Kroos ni Modric al mando. Con descansos selectivos y hasta seis cambios para una apuesta ofensiva con Marco Asensio en la medular, disfrutando al tener mayor protagonismo con balón y espacio para correr. Así desequilibró el partido nada más superarse el primer cuarto de hora. Con una carrera de fe que encontró el desmarque de Vinícius y la ayuda de Pau Torres que despejó a su portería el remate de Marco.

Todo se ponía de cara al Real Madrid que se instalaba en el polo opuesto de la propuesta de Quique Setién. Aunque el ritmo anestesiado de posesión del Villarreal de inicio se fue tornando en cuanto dejó pasar el vendaval blanco con un solo tanto en contra, gracias al acierto de Pepe Reina en dos remates de Benzema y Rodrygo. ‘Vini’ también había acariciado el tanto pero ajustó tanto su disparo al palo que se le marchó cruzado.

Y fue así como, siempre con balón, el Villarreal fue ganando confianza. Con una apuesta de Setién de jugar sin 9, zona en la que caía Lo Celso para desubicar a Alaba y Rüdiger, sin referencia en el marcaje. Se hizo merecedor de un mejor resultado por cada ocasión desperdiciada. Con Baena siempre preparado para chutar pero el punto de mira desajustado y Samu con un descaro de jugador grande. Avisó hasta en tres acciones y a la cuarta, firmó un golazo en el Bernabéu.

Courtois había salvado a su equipo, con manos firmes abajo al disparo que se envenenó de Baena, pero solo pudo ver como el balón se ubicaba en su escuadra tras un amague de dibujo animado de Chukwueze que mando al limbo a Nacho antes de una definición perfecta. En cuanto el Real Madrid rebajó el ritmo, fue castigado. Levantar el pie pensando en el Chelsea, tendría castigo y Foyth cerró el primer acto acariciando la remontada con un disparó que sacó Courtois.

El guion de partido se repitió en el segundo acto. La salida con tensión madridista encontró aún más rápido el premio gracias a la magia de Vinícius. Sin miedo a nada. Encarando hasta a tres rivales a la vez y castigando con un túnel la falta de contundencia de Mandy antes de definir con paciencia ante la salida de Reina.

Fue el momento en el que debió sentenciar el partido el equipo de Ancelotti. Cuando aumentó la presencia de Ceballos pero Vinícius perdonó lo que no debía. La primera solo tras pase de Benzema, la segunda en acción de Fede Valverde. Y ahí estuvo de nuevo el mérito del Villarreal. Mantenerse en pie esperando su momento.

Con paciencia tras un gol anulado por fuera de juego a Mandy, acariciando el gol Yeremy en un disparo lejano tras la salida fuera del área de Courtois y encontrando el premio con el liderazgo de Samu en una noche inolvidable. Su posición al límite del fuera de juego anuló en primera instancia el empate, tras asistencia de Chukwueze al disparo de Morales.

Era el paso al desenlace de un partido vistoso, con equipos que siempre buscaron el gol. Cuando el Real Madrid perdonó, siempre a través de Vinícius en la generación de peligro, añorando más mordiente de Rodrygo o Karim, y otra de Asensio que enganchó un pase de Modric. El acierto lo puso Chukwueze que cerró su exhibición con un zurdazo a la escuadra para enmarcar.

El espectáculo no se podía cerrar sin polémica y la participación del VAR a un penalti señalado por el colegiado que se acabó anulando. Camavinga cayó, el balón salió disparado hasta que impactó en el brazo de Mendy, resbalando pero apoyado sobre el césped. Ni los protagonistas saben cuando es mano y cuando no. En esta ocasión la moneda cayó del lado del Villarreal que selló un triunfo de prestigio. EFE

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