Lo que ha afectado económicamente al régimen son dos realidades. La primera, y de mayor impacto, es la corrupción, tanto que los especialistas del ramo la llaman “la gran corrupción” el flagelo de este género más grave registrado por la historia de la humanidad, se dice fácil, pero hay que ver lo que significa y su impacto en la vida de los habitantes de esta desnaturalizada nación.

Asimismo, el segundo gran factor ha sido la quiebra de Pdvsa, el chavismo no fue inmune a su propio veneno, aunque ha quebrado intencionalmente, por toxicidad ideológica, al 70% del aparato productivo criollo, la estatal petrolera fue quebrada por la inercia de su toxina, a decir, se desprofesionalizó, luego la partidizaron, militarizaron, para finalmente clavar las garras de la corrupción y llevarla a la trágica quiebra. Prácticamente, era su única fuente de ingresos, a pesar que el chavismo se jactó de vociferar “el barril podía llegar a cero dólares y en Venezuela no ocurriría nada” porque supuestamente éramos “soberanos e independientes en lo económico”, apenas el precio descendió en 2013, todo el país sucumbió inmediatamente motivado a la mermada producción y reservas internacionales casi nulas.

Para que tengamos una idea, Jorge Giordani, hombre que sí conoce acerca del manejo económico y financiero del régimen, fue la mano derecha de Chávez en esa conducción, en 2016 advirtió que hasta esa fecha se había “perdido” de las arcas del Estado 300 mil millones de dólares… ¿Cuánto más se “ha perdido” hasta la fecha, considerando el opaco manejo de nuestros recursos bajo el estirable manto de las sanciones?

El castrismo venezolano sabe cómo maneja los actos punitivos foráneos. Al principio del interinato de Guaidó se vio acorralado, sin embargo, la falta de decisiones/acciones del ex interino, el alargamiento de una figura que se suponía pasajera, permitió al chavismo moldearse a las sanciones, tanto que, cuando el interinato deja de existir, el régimen era prácticamente inmune a ellas y ni siquiera dependía de la renta petrolera, supo entablar, diversificar y fortalecer relaciones comerciales en el mundo antioccidental, lo que hoy resulta su punto fuerte.

Sabe vivir con sanciones, por ejemplo, remueve a Tarek El Aissami de Pdvsa por estar solicitado por la justicia estadounidense, para así poder restablecer conversaciones y acuerdos con ese país en materia petrolera, pero impone en el CNE figuras pechadas por la justicia norteña, es decir, no está interesado en el levantamiento total de las sanciones.

¿Cómo saber si lo aquí descrito es verdad? Bajo el slogan “elecciones libres de sanciones” el régimen manipula abiertamente, no debemos olvidar que, justamente, la perpetración de elecciones al margen de la ley y preceptos democráticos desde 2017 son las causas principalísimas de la generación de sanciones internacionales al régimen, ello le produjo su desconocimiento en occidente como gobierno, lo que a su vez hizo perdiera sus facultades/cualidades jurídicas para representar los activos de Venezuela en el exterior. El asunto es que, lejos de corregir las causas que generan las sanciones, el chavismo empeora la situación y continúa edificando elecciones en condiciones absurdas desde todo punto de vista, la única explicación es que desea seguir siendo objeto de sanciones.

Por tal motivo, las sanciones internacionales se han convertido en un pilar fundamental para el sostenimiento del poder para el castrismo venezolano, le permite excusarse de todo el mal que genera, “gobierna” sin limitaciones, administra recursos en total opacidad, se protege a la sombra de China y Rusia. En conclusión, la principal política pública del chavismo es generar sanciones. @leandrotango     

Por: Leandro Rodríguez Linárez   

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