La primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, dimitió el lunes tras semanas de mortíferas manifestaciones antigubernamentales en el país del sur asiático.
El anuncio del jefe del ejército de Bangladesh, general Waker-uz-Zaman, se produjo después de que los manifestantes asaltaran la residencia oficial de la primera ministra en la capital, Dhaka.
Imágenes mostraban llamas que salían de los vehículos cercanos a la casa de Hasina, mientras la policía era incapaz de contener a las multitudes que se dirigían hacia el barrio.
A primera hora del día, el ejército y la policía habían atacado a manifestantes que se concentraban en la zona, según un periodista que está trabajando para CNN en Dhaka.
Al menos 91 personas murieron y centenares resultaron heridas el domingo en enfrentamientos entre la policía y manifestantes que exigían la supresión de las cuotas para los empleos públicos y la dimisión de la primera ministra. Los opositores afirman que las cuotas de empleo en la función pública son discriminatorias.
El número de muertos del domingo, entre los que había 13 policías, fue el más alto en un solo día de protestas en la historia reciente del país. La cifra superó las 67 muertes registradas el 19 de julio, cuando los estudiantes salieron a la calle contra las cuotas, informó Reuters. Al menos 32 niños murieron durante las protestas del mes pasado, según informó UNICEF el viernes.
Los disturbios generalizados -que también sacudieron las ciudades de Rajshahi, Barisal y Chittagong, entre otras- llevaron al gobierno a imponer un toque de queda indefinido en todo el país durante el fin de semana. Mientras tanto, grupos de defensa de los derechos humanos acusaron a las autoridades de hacer un uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes, acusación que el gobierno niega.
El ejército formará un gobierno provisional tras la dimisión de Hasina, según su jefe, que pidió a los estudiantes «que mantengan la paz» y los ayuden.